Sabia que iba a ser raro.
El sol brillaba vehementemente, casi encandilador.
Los pájaros cantaban fuerte y alevosamente,
de una forma casi ensordecedora.
Y el viento cantaba canciones melodiosas que tranquilizaban mi alma alborotada.
Sabia que iba a ser raro.
El tiempo trotaba, o camina velozmente,
pero no corría.
No, no corría.
Los espacios se achicaban violentamente, o yo crecía.
Yo crecía.
Sabia que iba a ser raro.
Tu cuerpo estaba partículas alejado del mio,
partículas (ENORMES) con tamaño de infinidad.
Y no había satisfacción para mis labios. Si. Había.
Sabia que iba a ser raro;
el día que nuestros labios se encontraron.
No comments:
Post a Comment